CIENCIA Y TAI CHI
¿Qué dice la ciencia sobre nosotros?
En los últimos años el interés de las ciencias de la salud por el tai chi ha experimentado un gran aumento. El resultado arroja una gran cantidad de evidencia científica que demuestra lo que la práctica milenaria de este arte ya conocía. La ciencia más moderna se desempeña para estudiar la intersección entre la mente y el cuerpo, y la importancia de la imaginación y el ritual para el ser humano. Desde la Escuela de Tai Chi Terapéutico de Algeciras celebramos el interés de la ciencia por nuestra práctica a través de este artículo en el que hacemos una revisión somera de las publicaciones científicas que nos parecen de mayor interés para nuestros alumnos.
Si realizamos una búsqueda en Pubmed, la página web que da acceso a la base de datos de Medline donde se centraliza el acceso a más de 4.800 revistas científicas publicadas en más de 70 países, los resultados son sorprendentes encontrando más de 300 meta-análisis y revisiones sistemáticas de cientos de estudios científicos en los que se demuestran los beneficios del tai chi. Los beneficios demostrados en revisiones masivas como esta ó esta, son muchos: bajada de la presión arterial, mejora de enfermedades inflamatorias, mejora del manejo de la depresión, el estrés y la ansiedad, mejora de la movilidad en artrosis y otras enfermedades articulares, mejora de enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson o accidentes vasculares cerebrales, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, mejoras de la capacidad cognitiva en ancianos, mejora del equilibrio y la fuerza en ancianos, aumento de la longevidad, mejora del dolor en osteoporosis, artrosis y lumbalgias, etc. Al ser una práctica no lesiva y de muy bajo impacto, tiene múltiples aplicaciones, como por ejemplo durante el embarazo reduce la glucosa en embarazadas y reduce la ansiedad, depresión prenatal y los trastornos del sueño.
Las revistas médicas especializadas han recogido a lo largo de los años esta gran cantidad de trabajos. Por ejemplo la prestigiosa revista Annals of Internal Medicine publicó un estudio en el que puso de relieve las mejoras que el tai chi produjo en pacientes con artrosis y depresión. Otra prestigiosa revista, The New England Journal of Medicine, publicó un artículo en el que se demostraba la eficacia del tai chi en el tratamiento de la fibromialgia.
Autores como Peter Wayne, profesor de medicina en Harvard, dedicó varios capítulos de su libro “Guía Tai Chi de la Harvard Medical School“ a demostrar cómo el tai chi mejoraba la salud, centrándose en el sistema óseo, el equilibrio, la función cardíaca, los beneficios sobre la mente y el bienestar general. Estableció un sistema de ocho ingredientes activos en el practicante de tai chi:
Otros autores como Akhlaq A. Farooqui de The Ohio State University, en su libro «Inflammation and Oxidative Stress in Neurological Disorders» analizan el efecto del estilo de vida occidental en las enfermedades neurológicas, situando al tai chi como un potente liberador de neurotrofinas que favorecen la supervivencia de las neuronas al contrarrestar los efectos de las sustancias inflamatorias liberadas en el cuerpo.
Como ves, son muy abundantes los trabajos que demuestran los beneficios del tai chi y su resistencia al paso del tiempo no es casual, pero el ser humano es mucho más que algo medible en un tubo de ensayo. Estamos compuestos por múltiples sistemas complejos que se entrecruzan y que producen sinergias desconocidas que en la China antigua, de alguna manera, encontraron la forma de coordinar.
Nos vemos en la escuela.